Una historia, un barco de papel y algo más

Érase una vez una joven campesina en unas tierras al norte de Europa, su nombre era Gladys.

Gladys era risueña y gentil, llena de sueños y aventuras, y en búsqueda constante de su príncipe soñado. Esa búsqueda incesante le llevaba a tener siempre una ristra de pretendientes incansables, de los que destacaban: el hijo de un predicador, un negociador, y el capitán de un barco. Pero esta historia nos centraremos en el último.

El capitán, "Capi" para los amigos, procedía del norte de un país rodeado en una gran parte por agua. Vivía en la torre de una ciudad al norte. Dicha fortaleza se caracterizaba por tener una Virgen morena y dar servicio a una orden caballeresca.

Un día, en una feria de un pueblo costero vecino, Gladys vio a lo lejos acercarse un barco blanco, y en la proa, con mirada firme al horizonte, un gentil caballero se encontraba. Su armadura brillaba con fulgor, y menos mal, porque nuestro protagonista no contaba con gran estatura (y lucía calzas rosas, ejem...) En ese momento Gladys quedó hipnotizada por semejante imagen, notó que su sangre se calentaba, sus mejillas se sonrosaban cual flor silvestre de primavera, sus poros exhalaban ambrosía, en fin, que se puso como Camacho con el gol de Iniesta... Capi llegó a tierra y acercándose a la doncella, con voz aguda (como Steve Urkel), exclamó: "oh, ¿quién es esta doncella morena y garbosa que tiene el cutis más fino que las hojitas de rosa?" (homenaje a Sufre Mamón). En ese momento se cogieron de la mano y surgió el amor. Capi, le acompañó a su barco y le propuso ir en busca del tesoro de Al-Hakim-Castrobuf, un enclave recóndito en el norte de África. El barco era de un material más parecido al papel que a una madera noble...

Pasaron semanas hasta que llegaron a su destino,  pero mientras tanto se fueron conociendo, eso sí "muy poco a poco"... es lo que tienen los amores de hace 500 años... Una vez en Africa, se adentraron en el desierto y Capi abrasado por el calor se deshizo de su armadura, luciendo algo parecido a unas enaguas. Gladys ruborizada, pero también acalorada, eliminó parte de su ropa, pero su pudor hizo que debajo llevara un hábito típico de casta doncella. Capi, sorprendido por tal exceso de ropaje, comentó: "Gladys de mi vida y corazón, ¿nuca has probado algo más arrebatador?".

Continuaron la aventura hasta que el cofre del tesoro encontraron. Con gran emoción ambos lentamente se iban acercando. Pero había un candado que solo se podía abrir con una llave maestra de un sólo uso. Resultaba que Gladys tenía una de esas... pero era la que estaba dispuesta a entregarle a Capi, era la llave de su corazón. En ese momento, Capi tenía dos opciones: o abría el cofre, o conquistaba definitivamente el corazón de Gladys. Pero la pasión por la aventura que sentía Capi fue superior a su amor por Gladys y abrió el cofre...

Emoción, tensión, dudas,... ¿qué habría en el cofre?...

UN BIKINI!!! Un bikini de saldo cual mercadillo dominguero de barrio. Capi había perdido el amor de su vida por una pretensión egoísta y mezquina...

Pero la historia no terminó mal del todo, al menos para Gladys quien se fue con sus amigos y con cariño le recibieron.

Mientras tanto, Capi se subió a su barco y como era de papel, el agua, la sal del mar y esas cosas hicieron su trabajo. Él y su bikini a la deriva se quedaron...

FIN












"La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes." (John Lennon)

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