Los abrazos y yo

Hola a todos, os voy a contar una reflexión con la que llevo este fin de semana. Sabed que soy como una cebolla, a veces me quito una capa, pero tengo muchas…

Antes de la Pandemia era muy muy alegre, siempre reía y, a pesar de los problemas, era capaz de volver a reír… En esa época me encantaba el contacto, abrazar y ser abrazado… pero ahora me cuesta… y más de lo que creía. Me encantaba sentir como era el abrazo porque es una muestra de cariño maravillosa y cercana… pero ahora, si son muy largos, me agobian, exceptuando el de mis sobrinos (los naturales y los virtuales) y por supuesto el de mi madre. No es que rechace los abrazos, pero es verdad, que si es muy largo, me empiezo a sentir incómodo e involuntariamente me aparto… 

Supongo que la raíz está clara, mi padre falleció en plena pandemia y cuando más los necesitaba, por desgracia, no los pude tener. Quizás eso, de alguna forma, me insensibilizó y no me permite sentirlos como antes. 

Con el tiempo, poco a poco, espero volver a sentir como antes, pero me llevará tiempo. Y por supuesto que a aquellas personas que sé que necesitan ese abrazo se lo daré como he seguido haciendo hasta ahora… Pero no soy el mismo.

La Pandemia, como a muchos, me rompió, y poco a poco voy recomponiendo los pedazos… aunque como un jarrón restaurado, siempre me quedarán marcas… Hoy es el día en el que me sigo sintiendo aún un poco roto.

Espero que con esta reflexión pueda ayudar a personas que pasan o han pasado algo parecido.

Un abrazo virtual


"La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes." (John Lennon)

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